lunes, 29 de junio de 2009

LOS MÁS O MENOS LEIDOS

TÍTULOS QUE MERECEN APROBACIONES Y REPROBACIONES

LA RAZÓN FRONTERIZA - Eugenio Trias
Mentes tan lúcidas tenían que haber dedicado su esfuerzo a quedarse a este lado de la frontera, a batallar con la humana razón de ser, a construir un humanismo humano. Porque el empeño en explicar el mundo a través de los misterios de la revelación, con el pretexto de que solo así es inteligible (¡!), es un propósito que ha consumido una cantidad de energía más que suficiente. Su voluntad es encomiable, pero no podemos seguir viviendo de estados últimos. El pensamiento filosófico actual es categórico, y ha de ser sustituido por una filosofía sin determinativos inabordables. La especie humana continuará por siempre peleando por muchas razones, pero daríamos un buen paso si nos quitáramos de encima las razones que tan misteriosamente siempre quedan fuera de nuestro alcance.

EL PEQUEÑO MUNDO DEL HOMBRE - Francisco Rico
La era de Acuario, y otros hitos de no menos enjundia, han resucitado la historia antigua de la Cosmología, siempre hija traviesa de la Cosmogonía. El trabajo de Francisco Rico es memorable no solo por su apabullante erudición, sino por la ironía con la que da un repaso histórico a la "idea" del hombre. Tal es así, que hasta el resumen editorial de la contraportada se confunde y confunde al lector cuando dice: "Esta es la idea que F. R. persigue con tanto saber, ..., para centrarse luego en la extraordinaria fortuna que tuvo en España". El siglo de las luces ha tardado dos siglos en dar corriente a los españoles, y si esto es una extraordinaria fortuna que venga Dios y lo vea, porque muchos continúan a oscuras.

CLAUDIO RODRIGUEZ Poesía completa (1953-1991)
Dígale a su médico de cabecera que, desoyendo sus consejos, ha decidido seguir viviendo hasta haber leído a Claudio Rodriguez. Para este poeta, el estudio ontológico del hombre no está en sus menudillos ni sus esencias, sino en los mil y un factores que lo condicionan y lo orientan. Reconocer esto es muy duro, este hombre no es un poeta para adolescentes (todos se sienten historia) Utilizando sus propias palabras: "La vida (personal) es una leyenda, no una historia"

LOS SEÑORES DEL LIMITE -W. H. Auden
Una vez liquidado Claudio Rodriguez, si lanzas una moneda al aire y sale cara lee a William Wordsworth, si cruz, lee a Auden. Galaxia Gutenberg tiene una edición bilingüe muy digna. Personalmente, solo pido a mis sucesivas reencarnaciones saber leer para no tener que andar ahora con descartes. A 50 títulos por año apenas da tiempo a leer 3.500 por vida.

ESTAMBUL CIUDAD Y RECUERDOS - Orhan Pamuk
Les anticipo un caramelo: “en los suburbios del mundo, las variedades de pobreza y las ciudades se van pareciendo cada vez más” ("Estambul ciudad y recuerdos". CAP. X) Todas las ciudades del mundo se merecen un biografo de esta talla, porque las asechanzas de sus moradores se van pareciendo cada vez más, y todos nos merecemos ser leyenda.

PENSAR DESDE LA NADA. ENSAYOS SOBRE FILOSOFIA ORIENTALde NISHIDA, KITARÒ

La literatura china y japonesa han irrumpido en nuestra cultura con una fuerza arrolladora. Ante la vastedad de sus planteamientos hemos de matizar varias cuestiones:
-- Han sido ellos quienes han abordado el pensamiento intercultural. De Occidente solo recibieron adoctrina miento puro y duro. (La yihad en China podría causar un drama de incalculables consecuencias, como en su día lo hiciera el materialismo histórico, adoptado como religión con catecismo incluido)
--Pese al sincretismo obligado por las conexiones técnico-culturales (novela negra, industria cinematográfica, etc.), su coscovisión continúa siendo muy diferente a la Occidental.
--Muchos de los hallazgos de originalidad que vemos en sus obras lo que en verdad revelan es nuestro desconocimiento sobre su pensamiento y cultura milenaria.
--Antes de querer entender lo que cuenta su narrativa y fabulación es aconsejable echarse al coleto unos cuantos títulos como el que presenta Kitaro Nishida, o repasar los ensayos que abordó en su día la "Escuela de Kioto" Entender su pensamiento y disfrutar de su literatura es un esfuerzo personal "nuestro". Ellos lo han hecho. Recordemos que las primeras corrientes humanistas nacieron de la necesidad de plantar cara al avance intelectual del mundo islámico de su tiempo. ¡Qué lejos estamos de alcanzar ese bodrio metafisico al que llaman globalización, al que todos queremos apuntarnos por razones ecuménico/económicas!

lunes, 20 de abril de 2009

DESARROLLO DE UN HECHO TEATRAL



OBJETO DEL PROYECTO

Los antiguos se identificaban con su teatro porque lo sentían parte de su cosmovisión, de su universo mitológico y antropológico. El hombre actual no hace historia, motivo por el que dificilmente se siente representado en un escenario, ni los actores identificados con el público. Para que esto suceda hay que rehacer el camino que lleve a todos a recuperar el lugar perdido. Piscator, Brecht o Eisenstein rescataron la épica popular subiendo la calle al escenario para que el espectáculo volviera a funcionar como revulsivo de la realidad, y con ello afrontar el conflicto humano. Juan Dolores Caballero, creador de esta obra, trabaja en el arduo empeño de desgranar el conflicto humano que ha recibido en herencia, para encontrar al hombre. Pero esta tarea no es fácil, cómoda ni al uso. Con una mínima identificación épico-cultural sería posible asumir la biografía de los espectadores y llevarles a una causa común, expiación o salvación personal (catarsis), y cuando aparecen nexos biográficos también es posible arrastrar hasta sus conciencias ilusiones con las que nutrir su historia. Mas ¿qué hacer cuando fallan ambas vías de penetración?
La sociedad posee un departamento especial donde acopia a los ciudadanos descontextualizados. En sus estanterías se apilan personajes de toda condición debidamente clasificados por causas varias (descartados o auto-descartados) o simples seres sin causa (rebeldes), afectos a patologías psicológicas (diferentes), sociológicas (marginados), ideológicas (traidores), morales (perversos), infieles (herejes), no reciclables (inútiles), cuneros, ilegales, sin techo, apátridas, y un largo etc. donde se hacen y rehacen otras valoraciones del momento. Puesto que la suma de descartados excede por abrumadora mayoría a los que van en la partida, constituye un problema de perversa magnitud establecer canales de entendimiento entre partes que alguien ha tirado, o ellos se arrojaron a la cuneta. El meollo de este asunto excede muy de largo las posibilidades de la expresión lingüística, quedando al alcance solo de aquellos afortunados a los que la naturaleza ha dotado de recursos extra-lingüísticos, tales como músicos, poetas y faranduleros. Ellos encienden la linterna mágica que alumbra los sueños de todos los que sueñan:

Yo voy en ese tren que pasa por tus ojos
y por los ojos de todos los que sueñan.
En él escribo mis versos y por la ventana
los arrojo, como lluvia que el viento reparte
a todas las piedras y las plantas del camino.


(El Tren; Detrás de la luz. Miguel Alarcón1972 Inédito)

¿Es posible obtener un fruto apetecible de las semillas que misteriosamente germinan en los sucios pedregales de las cunetas? ¿Cómo se representa "El Gran Teatro del Mundo" renombrando a los personajes con los pedigüeños, gorrillas aparcacoches y tontos de pueblo que se arremolinan a la puerta de la función?
El gran arte es espantoso porque muestra lo impensable y omite lo predecible.

Juan Angel Corzo, Mayo 2009


Juan Dolores Caballero es autor y director teatral. Su planteamiento sobre la obra es como sigue:

"Entendemos y experimentamos el ejercicio del teatro y de la danza solamente desde la emoción. Porque sin ninguna duda, las artes escénicas han sido siempre la Barraca de Feria que contiene el verdadero espectáculo de la emoción, al que intentamos llegar y al que intentamos proteger de la estabilización oficial y académica en la que vivimos y en la que creamos.
Ante la necesidad de exhibir todo aquello que nos avergüenza, buscamos un lenguaje universal no escrito, basado en el ritmo, el movimiento y la gestualidad. Los hombres como objetos que custodian la memoria. El hombre usado de una manera bien distinta a como aparece en ciertas vanguardias históricas. Este hombre utilizado es un objet trouvé que rezuma memoria, conserva las huellas de su propietario, las marcas de su energía; es el objeto de la tienda de un anticuario, el que ya casi no sirve para nada y se amontona en la basura"
.

Juan Dolores Caballero
Teatro del Velador - 5/2009; Fecha de estreno prevista 11/2.009

martes, 14 de abril de 2009

ANOTACIONES PARA LA DESTRUCCION DEL MUNDO


La gobernabilidad

Debe renunciarse a la adicción crítica por mejorar las cosas SLOTERDIJK, PETER
La gobernabilidad es toda forma de entendimiento social. Desde un punto de vista sistémico es el conjunto de acciones individuales que ejercen de fuentes primarias para la construcción de un orden social, de modo que las referencias fundamentales para abordar el estudio de la gobernabilidad son el conocimiento de la realidad humana y su transformación en hechos sociales.
Por qué de la realidad humana:
Para alcanzar una conciencia de nuestra realidad hemos de abordar qué somos, quienes somos, y cuales son nuestras posibilidades en el medio natural y sensible en el que vivimos inmersos.
Comprensión de qué somos:
Se asienta sobre las leyes que gobiernan la existencia del mundo y del ser humano. Todo proyecto que aborde la existencia tiene una parte biológica, otra histórica y otra biográfica, que han de desarrollarse sin caer en paranoias personales o culturales, dada la inevitable contaminación que sufre el objeto de estudio por parte del observador. La parte biológica es común al genero humano (la naturaleza no ha elegido una raza superior), la histórica no es lineal ni evolutiva (¿Quién esta dispuesto a afirmar que la historia de la humanidad es un camino de perfección, o de exculpación, o de esperanza?), y la biográfica exige una responsabilidad intelectual más allá de la necesidad social, política o científica. La construcción biográfica es el hecho que reúne cuantas circunstancias mueven la existencia: Razón, voluntad y emociones.
Comprensión de quienes somos:
(“Dios existe y puede ser conocido, la tierra es su creación, y nosotros somos sus criaturas”. Benedicto XVI Papa)
Consiste en alcanzar las verdades universales desde las que todo cobra sentido en nuestra mente. Es de advertir que el Universo no está estructurado para dar respuesta a nuestra realidad biológica y psíquica. Somos una contingencia capaz de construir en el marco de nuestras posibilidades, pero no una necesidad cósmica. Esta necesidad es un atributo de creación propia, como expresa el filosofo J. Ferrater Mora: “Y de ahí también que la pura contingencia desemboque en una forma de ser que, por ser enteramente libre, se crea su propia ley, se realiza máximamente a sí misma y alcanza con ello un modo de «necesidad» que es el cumplimiento de sí y de todas sus posibilidades de auto-realización”. Ser una necesidad implica el condicionamiento de nuestra subjetividad a instancias inefables, tarea que en nuestra cultura ha estado servida por la tradición judeocristiana. La ruptura con esta dependencia se ha producido desde la progresiva secularización en todos los órdenes de la existencia, la consiguiente apreciación de la subjetividad, y la construcción historica a partir de ella. Hay quienes piensan que la auto-realización es ahistórica porque lo sobrenatural actúa como única fuente de consecuencias naturales. Pero no se trata de un bando y su oposición. Para el hombre, tomar partido significa aceptar que existen terceras vías, porque la experiencia individual no se revela contra toda autoridad, se revela contra la autoridad que quiere ocupar el todo. Si para algo ha servido el subjetivismo ha sido para separar las corrientes integristas y conocer su aportación real al mundo. Sin esta ruptura, aun estaríamos mirando a Roma (o a la Meca) cada vez que ponemos un pie en la calle.
La tarea de ejercer nuestra contingencia la forjamos por medio de lenguajes formalizados, con la limitación fundamental de saber que toda formalización tiene al todo (la completitud) por límite inalcanzable. Constituye un exceso pretender que un discurso formalizado pueda explicar el universo, porque tal presunción significaría que lo único absoluto es nuestra objetividad. La comprensión necesita un lenguaje soporte que explique las cosas sin límites ni paradojas ni discontinuidades ni ausencias. El lenguaje es capaz de vencer los condicionantes para abordar otros niveles conceptuales, pero no permite conocer ni modificar el mundo más allá de ciertos límites, porque la capacidad humana permite desplegar una interpretación del mundo infinitamente variada, pero en un campo de dominio limitado. El desarrollo lógico, incluido el matemático, tiene un techo que nos mantiene en el interior del discontinuo en el que habitamos, del que solo nos saca la metafísica: Para ser algo más, hemos de saltar al campo de la metafísica, desde donde crear un modo de necesidad que nos permita establecer metas sobre-naturales. Así que la metafísica también es un sistema que se agota, porque sus fuentes no son inagotables. Como expresara J. L. Borges, "La metafísica es una rama de la literatura fantástica ..., y como todo sistema, no es otra cosa que la subordinación de todos los aspectos del universo a uno cualquiera de ellos" (Borges, "Tlön, Uqbar, Orbis Tertius" en Ficciones)
Con estos mimbres damos universalidad a nuestras verdades a fin de hacerlas puntos de referencia fiables, Pero nuestras verdades, dando la razón a Borges, las componemos extrapolando nuestros sueños, deseos y averiguaciones.
Comprensión de nuestras posibilidades:
El campo de nuestras posibilidades es conocer los principios por los que el mundo y sus seres vivos se transforman y ejercen su derecho a la existencia, y trasladar esta información a nuestra naturaleza consciente. Cada naturaleza consciente es un campo de posibilidades al ser un microcosmos completo, y sus posibilidades infinitas en variedad pero limitadas en alcance.
Comprensión del hecho humano:
Aparecemos en el mundo como parte de un contingente regido por leyes de la naturaleza (físicas) y otras creadas por el hombre (metafísicas), que ponen en conflicto inmediato el desarrollo de la conducta personal y su control, enfrentando el hombre al mundo desde el primer día (hombre contra naturaleza y humanismo contra humanidad), porque la oportunidad de desarrollo individual obliga al hombre a ser todo y parte del genero humano, de la naturaleza, y de las distintas cosmovisiones desde las que abordar el conocimiento anterior, todo ello cronometro en mano porque el campo de nuestras posibilidades es muy precario: Vida breve, recursos limitados, dispersión de objetivos, interferencias, competencia desleal, presiden la larga lista de obstáculos. El poeta Salvatore Cuasimodo retrató esta situación en unos fastuosos versos cuando expresó: «Cada uno está solo sobre el corazón de la tierra / traspasado por un rayo de sol / y de pronto anochece».
El continuo humano tiene la forma intuitiva que le dio Heráclito, porque el sistema del mundo, ya sea referido al ser o al género humano, no es lineal porque no tiene propiedades de superposición en el tiempo, ni en consecuencia de suma, escala ni proporcionalidad. Sabidas estas limitaciones, los proyectos humanos son siempre intentos de aproximación a cualquiera de estas operaciones, en un intento simplificador por dar consistencia al “hecho humano” como referente base para la subsistencia. La simplificación y homogenización siempre fueron constantes históricas impuestas desde el poder que cercenaron el potencial humano en aras de un vida igualitaria que nunca llegó. La aproximación del hecho humano a operaciones matemáticas equivale a considerar a los individuos amplificadores operacionales básicos. De esta manera funciona gran parte de la política, la economía y la prospectiva social. Y su gran pretexto dice que la única manera de asumir la conducta humana es clasificándola por respuestas predecibles a preguntas imaginables.
Por otra parte, la naturaleza humana es una discontinuidad biológica (ni siquiera la transferencia biológica es completa), que confirma que la naturaleza, como sistema, también lo es. Con esto concluimos que el Universo es un sistema no lineal en tiempo discreto, sus leyes son formas discontinuas surgidas a partir de una singularidad, y todo lo demás lo hemos de inventar si queremos que aparezca como un todo hilvanado. Por ejemplo: El infinito, el vacío, el éter, el Aleph, el todo y la nada, el destino, la eternidad, no son causas de la naturaleza, son efectos colaterales de nuestras especulaciones metafísicas.

Breve resumen de los fundamentos de la teoría de sistemas aplicables al caso:
Un sistema lineal en tiempo continuo o discreto, es aquel que posee la propiedad de superposición: si una entrada consiste en la suma ponderada de varias señales, entonces la salida es simplemente la superposición de las respuestas del sistema a cada señal. Sea y(t) la respuesta de un sistema a una entrada x1(t), y sea y2(t) la salida correspondiente a la entrada x2(t), entonces el sistema es lineal si:
1.- La respuesta a x1(t) + x2(t) es y1(t) + y2(t).
2.- La respuesta a ax1(t) es ay1(t), donde a es una constante compleja cualquiera.
La primera de estas propiedades se conoce como la propiedad de aditiva y la segunda se conoce como escalamiento u homogeneidad. Estas propiedades se aplican de igual manera a sistemas de tiempo discreto, es decir un sistema de tiempo discreto es lineal si cumple con las propiedades antes mencionadas suponiendo que las entradas son de tiempo discreto.

Con estas premisas se abre el campo de la especulación sobre la gobernabilidad del hombre, ya sea como arte, ciencia o esencia de las tres naturalezas que conjugamos: La nuestra, la que nos soporta, y la que queremos promover, ya sea recurriendo a nuestras habilidades o nuestros sueños.

domingo, 22 de marzo de 2009

CONCIERTO PARA 6500 MILLONES DE VOCES -- ENSAYO SOBRE LA GLOBALIZACION


Publicacion EDICIONES ALFAR 2008.
Coleccion ALFAR UNIVERSIDAD nº156
Prólogo

Si decimos que la causa de la muerte de Giordano Bruno fue ser quemado vivo en una pira, no necesitamos mencionar la ley universal de que todos los seres vivos mueren cuando son expuestos a un calor intenso. Pero nuestra explicación causal implica tácitamente esta ley.
(Ciencias teóricas e históricas.Karl R. Popper. Penn, Buckinghamshire, 1.957.)

No es la materia la que rige el mundo sino un elemento dinámico y psíquico.
(Les forces Naturelles inconnues. C.Flammarion) 1.907

La curiosidad, y sobre todo la sospechosa simplificación que nuestros guías espirituales, insignes políticos y doctos comunicadores hacen para analizar las desventuras que aquejan a la humanidad, invita a profundizar en el conocimiento de las sociedades actuales, sus aspiraciones, y los mecanismos que las mantienen beligerantes para superar las condiciones de agravio en el que se sienten sumidas, o para defender la legitimidad de sus posiciones de relativo privilegio. La situación coyuntural y las reglas que determinan el comportamiento de los hombres, los contextos culturales, los tipos de gobierno, la división del pensamiento en compartimentos estancos, el carácter voluble de la conducta humana, admiten una visión del mundo distinta para cada cual, según le ha tocado vivir, en contraposición con sus deseos. Esta visión general para la observación y el estudio, el necesario enfoque holístico, es la única acepción que posee a priori el término globalización, desafortunado cajón de sastre en el que avispados negociantes han metido el reto de ahormar la forma del mundo a sus ambiciones.

--- Acude al recuerdo la imagen del globo terráqueo en manos de El Gran Dictador. (Charles Chaplin, 1940)

La ilusión que a todos nos mueve induce a creer que la vastedad del campo de estudio, unida a la diversidad de contrariedades que aquejan al mundo, permite, con la sola buena disposición, aportar algo al patrimonio de la humanidad en este campo. Craso error: La única feliz idea capaz de aportar un solo grano al progreso de la humanidad es el estudio y la reflexión. Los abusos de poder, la falta de entendimiento entre culturas y civilizaciones, el yugo que imponen los imperios a los pobres y desheredados de la Tierra, las formas de gobierno al uso y abuso, la era del conocimiento y la información utilizados con exclusivos fines especulativos, el olvidado espíritu de las leyes que nos gobiernan, la progresiva secularización del pensamiento, para general disgusto de quienes creen que pensar por cuenta propia es un atrevimiento de resultado incierto, son materias conocidas, desgranadas y meticulosamente analizadas en su progresión por científicos, pensadores, foros políticos, universitarios y religiosos, comerciantes, banqueros y poetas. Ello desanima a pensar que la razón existe y la verdad se conoce, mas aquellos llamados por la fortuna a administrar estos preciados valores tal parece que vivan confinados en vitrinas bajo llave, como porcelanas de Lladró, dado que los efectos beneficiosos de libertad y respeto mutuo, en todas las épocas ensalzados, no aparecen, no se diseminan, o no enraízan en la condición humana.
Frente a la primera frustración por el desencanto que produce saber que todo o casi todo está dicho, nace la esperanza de saber que mucho queda por hacer, puesto que la agrupación de voluntades solidarias emergida a lo largo de los 30.000 años de civilización contrastada que llevamos en la cuenta, no surte los efectos deseados; estaría acaso todo por descubrir si planteáramos la necesidad de crear un hombre nuevo, nacido a imagen y semejanza de los tiempos que nos anuncia la carrera imparable del progreso en todos los campos de la ciencia y la tecnología, un hombre “global”, estructurado a partir de todos los ingredientes de poder y sabiduría que le confieran propiedades de superhombre, o bien adoptar, por generalización, cualquiera de los modelos utópicos o de inspiración sobrenatural que se nos presentan como dechados de perfección. Pero este planteamiento es sobradamente conocido y ha dado lugar a no pocas aberraciones: La clase de individuos distinguidos por su superioridad excluye a los que no pertenecen, y supone un irritante lastre que en ocasiones ha justificado la eliminación de los débiles.
Hemos de volver la mirada a la citada segunda esperanza y aceptar que la humanidad la componemos muchos, distintos y juntos, fuertes, débiles, semianalfabetos y despistados, y conducir nuestro empeño para que, sin dejar de ser quienes somos, las fórmulas corrientes de entendimiento sean suficientes para aproximar nuestras diferencias y enrasar nuestras desigualdades: Nacer libres merece un proyecto de vida, que no de supervivencia acomodada a un origen y un destino impuestos por mandato o necesidad. La receta tampoco es nueva y suele ser tachada de herética o decadente, aceptando que muchas veces la ventaja, la anticipación en el empleo de la fuerza y un disciplinado espíritu patriotero, han dado como resultado brillantes imperios y sociedades opulentas, o al menos sumisas. Pero esta tercera vía obligaría a redactar el correspondiente manifiesto utópico para la “revolución global” correspondiente, tarea que se escapa de las humildes aspiraciones de este trabajo.

Para abordar cualquier materia de interés general, el abigarrado alud de conocimientos e información, y la situación de cambio permanente en el mundo, hacen difícil dar forma a cualquiera de sus aspectos por simples razones de demarcación, más aún cuando la materia estudiada sugiere más preguntas que posibles soluciones, y las respuestas no satisfacen plenamente todos los enunciados. La investigación sobre el comportamiento humano tiene graves limitaciones porque la predicción no puede alcanzar el status de estudio científico: Los muros ya no se caen al toque de unas cuantas trompetas, en tanto el análisis social predictivo continúa en manos de agoreros. También cabe pensar que el empleo de fórmulas magistrales para resolver el drama del hombre, en cualquiera de los aspectos de su complejidad y matices, ataca el concepto de sociedad entendido como sistema de convivencia abierto y dinámico, porque le pone puertas y cerrojos, razón por la cual es precavido admitir que cada conclusión de las que aquí se exponen accede a un universo con diferentes leyes de gobierno, y de su aplicación un orden distinto por defender, combatir o declarar falso.
La globalización, como fenómeno aparecido, ideología en ciernes, fórmula magistral o paradigma de la socialización de los problemas del hombre, ha adquirido, aún antes de tener una definición precisa, un predicamento, a modo de cajón de sastre, al que los habitantes de cualquier parte del mundo acarrean sus demandas, deseos y estrategias, con la esperanza de que en la cima de una lejana montaña, o en el fondo de los pensamientos diminutos de un humilde ciudadano, aparezca la solución a los graves problemas de supervivencia que aquejan a la humanidad, o el poder necesario para, en su defecto, tenerlos bajo control. De este impacto deriva la motivación que a todos seduce, la dificultad que entraña su caracterización y las muchas preguntas que sugiere: Estudiar el alcance de la globalización supone recorrer un panorama que va, desde las acepciones que ha generado en el lenguaje vulgar, hasta la definición interesada que muchos pretenden dar al asunto.
Como planteamiento, tiene dos formulaciones: La globalización es un hecho incontestable e inevitable del progreso, o bien una hipótesis de trabajo con la que perseguir la evolución de las sociedades actuales. Ambas vías son posibles y no excluyentes, y su prospección provoca una catarata de preguntas con muy pocas respuestas generalizables, razón que explica la desigual proporción en la que se reparte el número de enunciados analizados y las pocas soluciones que aporta nuestro análisis de la situación.
Dada la imposibilidad de crear un modelo que, de acuerdo con el Principio de variedad, abarque la complejidad del sistema objeto de estudio, la aproximación ha de ayudarse de modelos o simulaciones que fijen algunas de las variables, utilizados como herramientas para mejor discernimiento. En la sociedad caben supuestos de incertidumbre, aleatoriedad o mutaciones puntuales que no es posible analizar porque llevados a idénticos escenarios no alcanzan los mismos resultados. Desde un punto de vista global, para saber lo que va a suceder hay que esperar que suceda, y pocos esquemas de principio consiguen ajustarse a la realidad consecuente: Comportamiento fractal, leyes de recursividad o asimilación a estados de plasma ayudan, a grandes rasgos y con graves limitaciones, a promover el análisis en este campo. Cuanto mayor sea el grado de confinamiento de un sistema más predecible será su comportamiento, pero este principio aleja cualquier prototipo del natural dinamismo de la realidad social, y no menos de la variabilidad en el plano individual, más allegada a la lógica multievaluada que a la clásica. Haciendo uso de diferentes metodologías propuestas por la Teoría de sistemas, la Biónica o la Holónica, hemos planteado un breve examen de los principales agentes inductores de la evolución de los colectivos humanos en calidad de factores de comunicación: La política, la religión, las civilizaciones, el equilibrio con el medio, la demografía, la ciencia, la cultura, la economía y los procesos sociales, para concluir si la globalización es posible, necesaria, útil, o metafísicamente imposible de definir.
¿Cuál es la respuesta? El hombre tiene la facultad, independiente de su origen y su destino, cualesquiera que estos se consideren, de promover proyectos de convivencia capaces de perfeccionar los de mera supervivencia. Esto quiere decir que la respuesta la llevamos dentro, y la sociedad que nos soporta se mueve con nuestros impulsos aunque a veces llamemos predestinación a los resultados.
Son muchos los peligros que amenazan al hombre del siglo XXI a la hora de hacer pública y notoria su visión crítica sobre la sociedad que le rodea: Desde las ciencias se ha dado en considerar un logro la homogeneización estadística del pensamiento, ideólogos y teólogos se afanan en desarrollar nuevas teorías para el control de estos parámetros que nos igualan (o desigualan) a sus ojos, lo cual nos convierte en elementos potencialmente clasificables, en tanto los psicólogos, filósofos y humanistas presumen de rigor científico capaz de someter a la humanidad a un acondicionamiento programado, o se refugian tras un parapeto dogmático que deja toda crítica fuera del tiesto y a todo disidente convertido en un elemento inclasificable. Resultando que al mismo tiempo somos clasificables e inclasificables por culpa de ya sabemos, La globalización, como tantos otros retos históricos, “es un montón de interrogantes a los que hemos de dar respuesta antes de que hombres de negocios sin escrúpulos, visionarios, mitómanos o salvapatrias impongan las suyas, y agrupen o dividan el mundo según su particular conveniencia”. (*)
Sobre la información, y poco más, que proporciona este trabajo, se eleva la ambiciosa intención de promover el estímulo capaz de conseguir que cada cual busque sus significados, de modo que entre todos recobremos la olvidada afición a preguntar el porqué de las cosas. Esta pretensión sí es generalizable y pertenece a las propiedades atribuibles al hombre, luego es “global” por definición. Por algo se empieza.

(*).-La razón de contar la conclusión final por anticipado no es otra que poner sobre aviso a quienes ya poseen respuestas al caso y ahorrarles el esfuerzo de seguir leyendo.

--- Nota en defensa del Ensayo:
Tras no pocas dudas, este trabajo se presenta agrupado en forma de ensayo, atendiendo a su definición vulgar: “Ensayo es un escrito en el que se aborda una materia de forma parcial, sin la extensión ni el cuerpo de un tratado”.
Otras consideraciones demandadas por el lector habitual son:
§ La exigencia de que el ensayo ha de ofrecer una visión crítica personal del ensayista.
§ La validez alternativa y precisa de la opinión vertida, en tanto ha de alejarse de forma equidistante del trabajo científico riguroso y de la ficción literaria.
§ La búsqueda de calidad, expresada en términos de aproximación a los conceptos anteriores, como obra literaria con aspiración de ser entendida, y al mismo tiempo veraz y contrastable en las fuentes, diáfana en las opiniones, y abierta.
Obra abierta significa, en este caso, evolutiva e inconclusa.